Cuando hablamos de Search Engine Marketing, más conocido por su acrónimo SEM, nos referimos a cualquier tipo de campaña de pago en buscadores que nos permite mostrar nuestra página web en los primeros lugares de los resultados. Cuando buscamos en Google, ¿Verdad que al principio se muestran unos resultados marcados como anuncios? Pues eso es SEM y todo el mundo puede poner ahí su web con tan solo pagar lo que corresponda.
¿Cómo funciona el SEM?
Google Adwords es la plataforma de SEM más utilizada, pero también existen otras como Bing Ads o Yahoo! Search Marketing, cada una para su respectivo buscador. Todas funcionan de la misma manera. A la hora de publicar un anuncio, debemos elegir las palabras clave en las que más nos interesa aparecer. Es decir, si vendemos televisiones nuestro anuncio se mostrará cuando alguien busque las palabras clave elegidas, que pueden ser por ejemplo: televisiones 4 K, TV 42 pulgadas, TV LG, etc.
Sin embargo, no seremos los únicos que queremos aparecer cuando se hagan esas búsquedas, y aquí entra en juego la subasta de anuncios. Cada anunciante tiene la opción de fijar cuál es el máximo que quiere pagar por cada clic que hagan los usuarios en su anuncio, conocido como CPC (Cost Per Click). El mayor pujador será quien se quede con la primera de las posiciones dedicadas a los anuncios, la segunda puja más grande se quedará con la segunda posición, y así sucesivamente.
Por lo tanto, la inversión en SEM nos permite posicionar nuestra página web en el top de los buscadores de forma inmediata. Mediante la segmentación de usuarios, podemos llevar tráfico cualificado a nuestra web o tienda online, por lo que nuestras ventas crecerán y nuestro negocio será capaz de luchar cara a cara con la competencia. Se trata de una estrategia de marketing en la que, bien realizada, se pueden obtener grandes beneficios, pues dependiendo del sector en el que nos encontremos, podemos anunciarnos por relativamente poco comparado con el beneficio de nuestras ventas.
El gran problema del SEM es que en cuanto dejemos de pagar por anunciarnos, desapareceremos de los primeros resultados de los buscadores. Por lo tanto, se trata de una estrategia cortoplacista y pensada para momentos específicos, como la campaña de Navidad, la salida de un producto o promociones especiales. Lo ideal es invertir todo lo posible en SEM mientras se trabaja el posicionamiento orgánico (SEO), así nuestro negocio puede ir funcionando mientras se escalan posiciones en los resultados de Google, algo que lleva más tiempo y trabajo.